Recuerdo texturas. Son gotas suaves y amables que resbalan del cielo al suelo. Sé que es un sueño, pero es lo único que ahora tengo y pronto lo olvidaré y será realidad por unas horas. Perlas que titilan en mi piel…abrazo las sábanas, buceo en ellas. Vuelo por las suaves laderas de fresca hierba que piso con pies desnudos. Su tacto me hace sonreír. Pienso en el pasado verano, sol y tardes sobre el techo de un tren olvidado y quejumbroso, mirando lejos, comiendo queso y pan recién hecho. Me pregunto por qué ese tren está en mi sueño, creía que lo tenía olvidado.El aire es de un color azul grisáceo. Todo a lo lejos es brumoso, miro cómo la noche se mueve, la luz del día desaparece. Y también esta noche cálida está en mi sueño.Imaginación…quizás sea mi imaginación, quizás no esté aquí. Sí, creo que es el abrazo onírico y risueño de un viaje recordado. Acabo de olvidarlo. Pero me gusta estar aquí. Cada giro sobre mí misma es un golpe ondeante en una nueva ciudad. Quizás te busco, quizás siempre te busqué, aunque no sepa aún quién eres. Un nombre nunca es sólo un nombre, por eso yo doblo todas las texturas sobre mí para encontrarlo, registro cada pliegue, catalogo cada caricia. Quizás estés ahí a una brazada de distancia.Recuerdo texturas…y de repente…despierto. Mi mente balbucea como un párvulo. Un tren, mis pies desnudos, una ciudad desconocida…Estoy despierta. Qué lejos quedó el viaje y el recuerdo. Pero sé que volveré, esta noche volveré, espérame en los pliegues desnudos de nuestra mentira.
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